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Los maridajes clásicos con vino tinto que solemos encontrar se basan más en la armonía que en el contraste, en las similitudes más que en las diferencias. No hay nada de malo en eso, por supuesto, pero para entender bien las reglas, ¿no debemos romperlas de vez en cuando? Después de todo, nada verdaderamente emocionante surgió de la conformidad, y en el mundo del vino, siempre hay espacio para la experimentación. A veces, los mejores emparejamientos y combinaciones provienen de lo inesperado, de lo contrario a la intuición.

Las reglas básicas sobre maridaje de vino tinto y alimentos son algo tan fascinante como desconcertante, pero una cosa es segura: siempre hay combinaciones nuevas que probar, y lo cierto es que un vino tinto como Celeste Crianza, con suaves características tánicas y frutales, es el acompañamiento ideal de una gran variedad de recetas, no solo de carnes.

Existen combinaciones inusuales en gastronomía que se han convertido en básicos en las cocinas de todo el mundo: mantequilla y mermelada, queso brie y arándanos o sal y caramelo. Este es el tipo de combinaciones a las que queremos aspirar con algunos de nuestros maridajes de vino tinto y comida: es un viaje de descubrimiento que celebra lo extraño, lo aparentemente imposible… y que, sin embargo, funciona.

Vino tinto y carne. Parece una de las asociaciones más claras que se hacen a la hora de maridar, pero lo cierto es que un vino tinto como Celeste Crianza tiene la versatilidad y personalidad suficiente para dar el salto a todo tipo de gastronomías, no sólo a la más tradicional. Entonces, sin más preámbulos, echemos un vistazo a cinco combinaciones de vino tinto y comidas inusuales que tenéis que probar, sin importar lo extrañas que (en principio) puedan parecer.

Cinco combinaciones inusuales de vino tinto y comida

Vino tinto y sushi

Mientras que hace un par de décadas el sushi era casi un plato novedoso, en la actualidad es uno de los alimentos favoritos en todo el mundo. Y sí, puedes disfrutar de tu sushi con una copa de Celeste Crianza, pues no hay una ley que diga que solo debes beber sake. Además, el sushi contemporáneo combina bien con el vino tinto debido a su mayor variedad de sabores, pues en él se incluyen ingredientes como el queso crema.

Especialmente las piezas de sushi que llevan proteína ligeramente cocinada irán muy bien con el vino tinto: Godzilla roll (langostino en tempura con una deliciosa crema de queso), futomaki (un rollo mas grueso de lo normal relleno de tortilla, setas, cangrejo, pepino y zanahoria) o spicy tofu roll (opción vegana con tofu a la plancha, verduras y mayonesa picante).

La mayoría de las combinaciones de vinos cuando se trata de sushi parecen centrarse en los aspectos más suaves y delicados del plato, cuando en realidad los sabores del sushi pueden ser bastante robustos. Salsa de soja, wasabi, jengibre, algas… nadie diría que estos son sabores delicados, y, sin embargo, ocupan una gran cantidad de espacio en el paladar en cualquier plato de sushi. El vino tinto Celeste Crianza gracias a la intensidad del tempranillo unida a la frescura del vino, debido a la altitud de los viñedos, marida deliciosamente con esta tradicional receta nipona.

Vino tinto y hamburguesas gourmet

Para que una hamburguesa pueda calificarse de gourmet, es necesario que la mezcla de carnes que la componen, el pan, el queso y el resto de ingredientes sean de gran calidad. Así son las hamburguesas que ahora mismo estamos viendo en espacios con estrella Michelín como Bibo by Dani García y que maridan estupendamente con un Ribera del Duero como Celeste Crianza, ya que los taninos en el vino se complementarán con la grasa de la hamburguesa.

Las hamburguesas, por la cantidad de proteínas y grasas que contienen, requieren de un vino que tenga la estructura necesaria para igualar la intensidad de esa combinación. El vino Celeste Crianza, debido al clima en el que se cultivan sus vides, a casi 900 metros sobre el nivel del mar —en el corazón de Castilla, a escasos kilómetros al sur de Peñafiel—, tiene esta cualidad y te ayudará a limpiar tu paladar y te mantendrá con ganas de dar otro bocado a esa hamburguesa que tienes delante.

Vino tinto y chocolate

Maridar vino tinto y chocolate ha sido, desde siempre, una combinación que ha contado con más detractores que seguidores, pero si atendemos a las cualidades organolépticas de ambos resulta del todo imposible resistirse a disfrutarlos conjuntamente. Tanto vino como chocolate cuentan con aromas frutales y florales que ayudan a que la combinación resulte de lo más excitante.

La cantidad de grasa y cacao del chocolate son los ingredientes que tendremos que tener en cuenta si queremos acompañarlo de un vino tinto. Un chocolate negro con más de un 70% de cacao, la gama más amarga del chocolate y contundente en cuanto a sabor, con toques incluso de café, es ideal para acompañar un vino tinto, como Celeste Crianza, generoso en expresión frutal, con cuerpo voluminoso y firme estructura.

Vino tinto y comida mexicana

La comida mexicana tiene un perfil de sabor que se sitúa en algún lugar intermedio entre la cocina italiana y tailandesa. Por un lado, los platos mexicanos contienen mucho tomate, queso y almidones al igual que la comida italiana. Por otro lado, a los mexicanos también les encantan sus chiles para darle a la comida un poco de fuego en la boca, al igual que la cocina tailandesa.

Abre una botella de Celeste Crianza la próxima vez que sirvas fajitas de pollo a la parrilla, enchiladas o burritos de frijoles. La parte frutal y la buena acidez de este vino refrescarán tu boca y los frijoles anularán el efecto de los taninos. Una combinación diferente a los maridajes que se suelen hacer con este tipo de comida —generalmente, estamos más acostumbrados a la cerveza como acompañamiento— pero que merece la pena probar y experimentar.

Vino tinto y langosta a la mantequilla

¿Vino tinto con langosta? Esta es una combinación que seguramente levantará algunas cejas. Sin embargo, conseguiremos que cambien de opinión si escogemos un vino tinto como Celeste Crianza, que sea lo suficientemente jugoso y generoso en carácter afrutado, para sacar lo mejor de esta receta de langosta a la mantequilla.

Además, la textura de la langosta y su carne firme y gruesa resaltará la persistencia larga, sabrosa y perfumada de este vino, en la que aparecen las maderas nobles de la crianza que hacen que este maridaje sea una gran elección, aunque, justo es que lo reconozcamos, para nada ortodoxa.

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