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El bacalao es uno de los pescados con más tradición en la gastronomía de nuestro país, por eso lo encontramos como ingrediente principal en muchas recetas, sobre todo acompañado con tomate con el que combina deliciosamente. Y deliciosa es también la unión entre bacalao y Celeste Crianza, pues las suaves características tánicas y frutales de este vino tinto ayudan a rebajar en boca la grasa del bacalao.

La versatilidad de este pescado permite que lo podamos presentar tanto frío —por ejemplo en una ensalada— como caliente, tal es el caso que nos ocupa. Además, es estupendo tanto como primero como segundo e incluso como entrante si lo presentamos en unos pimientos rellenos de bacalao.

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Para preparar esta receta puedes usar bacalao en salazón o fresco. Si te decides por la primera opción, ten en cuenta que tendrás que organizarte porque a la hora de empezar a cocinarlo el pescado tiene que estar completamente desalado. El día anterior tendrás que empezar por sumergirlo en agua, tal y como te explicaremos en el desarrollo de la receta.

Celeste Crianza  gracias a su persistencia larga, sabrosa y perfumada, en la que aparecen las maderas nobles de la crianza, es el compañero ideal para este plato, tanto si te decantas por el bacalao en salazón como fresco.

Bacalao con salsa de tomate y cebolla caramelizada

Ingredientes para 4 personas:

  • 1 o 2 trozos de bacalao por persona (según lo grande que esté cortado)
  • 2 kg de cebolla
  • 2,5 kg de tomates para salsa
  • harina
  • aceite
Bacalao Enharinado 01

Preparación:

Si utilizamos bacalao en salazón, tenemos que empezar planificando con antelación esta receta, pues primero tendremos que desalarlo. El tiempo de desalado dependerá de lo gruesos que sean los trozos de pescado. Lo habitual es tenerlos en remojo un día entero en la nevera y cambiar el agua tres veces. Si son trozos de bacalao muy gruesos, habrá que tenerlos en agua el doble de tiempo.

Con los tomates tenemos que preparar una salsa espesa, con carácter. Para ello, los pelaremos, rallaremos y pondremos en una cazuela con un chorrito de aceite caliente a fuego bajo, de este modo irán haciéndose poco a poco. De vez en cuando iremos removiendo, para evitar que se peguen al fondo de la cazuela.

Mientras, pelamos las cebollas y las cortamos a gajos finos. En una sartén con un poco de aceite la sofreiremos a fuego lento para que se vaya caramelizando, removiendo de vez en cuando. Una vez hecha, la repartiremos en una bandeja honda que pueda ir al horno, formando un lecho.

Secamos los trozos de bacalao con papel de cocina, los enharinamos y los vamos friendo en abundante aceite caliente. Los iremos colocando sobre una servilleta de papel de cocina para que se absorba el aceite sobrante. Una vez escurrido el bacalao lo iremos colocando sobre la cebolla y sobre él repartiremos la salsa de tomate.

Introducimos la bandeja en el horno precalentado a 180ºC y dejamos que se haga todo junto unos quince minutos, de este modo los ingredientes de la receta quedarán bien integrados. Es importante no pasarse para que el pescado quede jugoso y en su punto.

Celeste

Cómo servir el bacalao con salsa de tomate y cebolla caramelizada

Lo mejor es llevar el bacalao del horno a la mesa, pues caliente es como esta receta está deliciosa. La cantidad de los ingredientes es un poco orientativa, pues que haya más o menos cebolla caramelizada o salsa de tomate, depende del gusto de los comensales. No te olvides de acompañar este plato con una buena hogaza de pan, no quedarán ni las migas.

Mientras esperas a que se termine de hacer en el horno, lo mejor es que vayas sirviendo un Celeste Crianza, su impresionante aroma de frutos negros sobre un fondo delicioso de confitura y un toque tostado serán el preludio perfecto para un menú inolvidable.